/ viernes 19 de julio de 2024

La otra marcha de la locura

Primera parte

El desastre que la autodenominada 4T ha causado al país es de proporciones terribles, que varias generaciones por venir, incluyendo la nuestra, tendrán que pagar. El gobierno que prometió un crecimiento del seis por ciento anual, cuando crecíamos al dos por ciento, terminó por desplomarlo. Los elefantes blancos que son los proyectos de López Obrador como el AIFA, el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el gas bienestar, el Tren Transístmico, la aerolínea Mexicana, la super farmacia, el INSABI (manejó 483 mil millones de pesos), la cancelación del aeropuerto de Texcoco (que era pagado por inversionistas privados, nacionales y extranjeros; pero que ahora nos cuesta a los contribuyentes más de 350 mil millones de pesos) y de la Financiera Rural, así como el desfalco en SEGALMEX, más las pérdidas de CFE y la deuda de PEMEX suman más 4.5 billones de pesos. El gobierno federal, a principios de enero de este año, pidió nuevamente un préstamo por 645 mil millones de pesos. Si México fuera una empresa, tendría que cerrar por estar en bancarrota. La actividad industrial ha caído. El sector manufacturero tiene los niveles más bajos desde hace tres décadas. Igual sucede con la minería. Lo anterior con datos del INEGI que usted, estimado lector, puede consultarlo en la página del instituto. O sea, no hay crecimiento económico y avanza la inflación. El gobierno federal ha contratado deuda por el equivalente a siete FOBAPROAS. Los hijos de nuestros tataranietos estarán pagando un endeudamiento del que jamás fueron consultados. Ni nosotros. La violencia, en este sexenio, se desató como nunca. Más de 192 mil homicidios. Calculo que, en dos meses, desgraciada y lamentablemente llegaremos a los 200 mil, superando a las seis administraciones pasadas. Los hospitales del sector salud se caen a pedazos y no hay el suficiente abasto de medicinas. La cancelación del Seguro Popular sacó a más de 50 millones de personas del acceso a la salud. Y no se diga los 700 mil muertos por COVID que, una comisión especializada dictaminó, al menos 200 mil murieron por negligencia e ineficiencia del gobierno.

Las inversiones directas han disminuido y han salido del país, porque esta administración no quiere el concurso de empresas generadoras de energía (más barata y no contaminante, al contrario de CFE). Vaciaron todos los fondos que habían dejado las administraciones anteriores y también saquearon todos los fideicomisos. El erario está prácticamente vacío. Seguramente esta Legislatura federal aprobará un mayor endeudamiento. La debacle económica, social y política. No entiendo cómo es que hubo personas que votaron para que este desastre continúe. Solo un ignorante, desinformado y/o fanático lo pudo haber hecho. Y son mayoría.

Primera parte

El desastre que la autodenominada 4T ha causado al país es de proporciones terribles, que varias generaciones por venir, incluyendo la nuestra, tendrán que pagar. El gobierno que prometió un crecimiento del seis por ciento anual, cuando crecíamos al dos por ciento, terminó por desplomarlo. Los elefantes blancos que son los proyectos de López Obrador como el AIFA, el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el gas bienestar, el Tren Transístmico, la aerolínea Mexicana, la super farmacia, el INSABI (manejó 483 mil millones de pesos), la cancelación del aeropuerto de Texcoco (que era pagado por inversionistas privados, nacionales y extranjeros; pero que ahora nos cuesta a los contribuyentes más de 350 mil millones de pesos) y de la Financiera Rural, así como el desfalco en SEGALMEX, más las pérdidas de CFE y la deuda de PEMEX suman más 4.5 billones de pesos. El gobierno federal, a principios de enero de este año, pidió nuevamente un préstamo por 645 mil millones de pesos. Si México fuera una empresa, tendría que cerrar por estar en bancarrota. La actividad industrial ha caído. El sector manufacturero tiene los niveles más bajos desde hace tres décadas. Igual sucede con la minería. Lo anterior con datos del INEGI que usted, estimado lector, puede consultarlo en la página del instituto. O sea, no hay crecimiento económico y avanza la inflación. El gobierno federal ha contratado deuda por el equivalente a siete FOBAPROAS. Los hijos de nuestros tataranietos estarán pagando un endeudamiento del que jamás fueron consultados. Ni nosotros. La violencia, en este sexenio, se desató como nunca. Más de 192 mil homicidios. Calculo que, en dos meses, desgraciada y lamentablemente llegaremos a los 200 mil, superando a las seis administraciones pasadas. Los hospitales del sector salud se caen a pedazos y no hay el suficiente abasto de medicinas. La cancelación del Seguro Popular sacó a más de 50 millones de personas del acceso a la salud. Y no se diga los 700 mil muertos por COVID que, una comisión especializada dictaminó, al menos 200 mil murieron por negligencia e ineficiencia del gobierno.

Las inversiones directas han disminuido y han salido del país, porque esta administración no quiere el concurso de empresas generadoras de energía (más barata y no contaminante, al contrario de CFE). Vaciaron todos los fondos que habían dejado las administraciones anteriores y también saquearon todos los fideicomisos. El erario está prácticamente vacío. Seguramente esta Legislatura federal aprobará un mayor endeudamiento. La debacle económica, social y política. No entiendo cómo es que hubo personas que votaron para que este desastre continúe. Solo un ignorante, desinformado y/o fanático lo pudo haber hecho. Y son mayoría.