/ domingo 22 de septiembre de 2024

Cuántas cosas se descubren con los terremotos y los huracanes

Las y los seres humanos tenemos distintas formas de reaccionar ante las tragedias de los fenómenos naturales, como lo hemos visto. Pero también salen a la luz muchas cosas. El sismo de 1985 dejó al descubierto muchos escenarios, por ejemplo. la solidaridad de las y los defeños, hoy ciudadanos mexicanos. Antes del Plan DN-III, la gente salió a ayudar a sus vecinos, a rescatarlos entre los escombros; y personajes importantes como Plácido Domingo, quien se olvidó de su condición; sin poses y sin maquillaje, se dio a la tarea de meter sus manos entre la tierra para brindar ayuda. Lo mismo hizo cuando el huracán Paulina en Acapulco, días después se presentó para dar un fuerte donativo para la construcción de viviendas a quienes las habían perdido.

Algo muy impactante fue que se destapó una cloaca inhumana de corrupción por parte de empresarios de fábricas de ropa, quienes tenían costureras que el 19 de septiembre de ese año, a las 7:20 de la mañana, se encontraban laborando y que al colapsarse los edificios murieron cientos de ellas. Lo que salió a la luz fue que trabajaban en las peores condiciones, sin prestaciones y que los edificios eran tan viejos, que no soportaron el peso de la maquinaria. A partir de allí se creó un movimiento para que sus familias fueran indemnizadas.

Y ya que hablábamos de la ayuda del tenor, con el huracán Paulina en 1997, en este fenómeno se reveló el problema de las construcciones en lugares donde pasaban los arroyos pluviales, que no obstante que se hacía la recomendación de no construir en zonas de alto riesgo, mucha gente no hizo caso, o tal vez la necesidad de tener un techo fue lo que la orilló a desentender las recomendaciones, lo que provocó una gran tragedia. Y se volvió a repetir el espíritu solidario de las y los mexicanos en la ayuda del pueblo, que enviaban despensas de otros estados de la República y hasta de otros países, aunque también hubo algunos líderes políticos que empezaron a negociar o traficar con las despensas; otros casos fueron de que algunas personas que sin ser damnificados, quisieron que el gobierno les diera dinero para la construcción de sus viviendas.

La historia de dolor y llanto se repitió en la ciudad de México, en el 2017; pues otro sismo de gran magnitud causó la muerte de cientos de personas, al desplomarse algunos edificios, como en el caso del Colegio Rébsamen, en el que se descubrió que la construcción de colegio no tuvo un estudio de soporte para un piso adicional, donde, (se dio a conocer) la negligencia de la directora, quien a pesar de todo, se valió de un permiso de construcción, que dañó la estructura, lo que devino en la muerte de 19 niñas y niños y 7 adultos que sumaron 26 personas, cuando colapsó el inmueble. La solidaridad se volvió a ver por parte de las y los capitalinos que acudieron a retirar escombros para rescatar tanto de vidas humanas como de y cuerpos o llevar alimentos; justamente el programa de gobierno “Solidaridad” nació por la gente solidaria del sismo de 1985.

Otro fenómeno en Acapulco en 2013 que develó la corrupción de las constructoras, fue que no hicieron estudio de impacto ambiental, en la construcción de algunas viviendas en zonas de humedales, que al paso de los huracanes Manuel e Ingrid, se desplomaron provocando muerte y destrucción; además de que dejó la gran enseñanza del SAQUEO de la tienda Costco, donde la gente se llevó todo lo que pudo; fue una reacción muy diferente a la que se dio con los sismos del 1985 y del 2017 en la Ciudad de México y del huracán Paulina.

Y bueno, el aprendizaje de Costco sirvió, a gente pobre… y rica, cuando el huracán Otis impactó en el puerto de Acapulco en el 2023, aquí no se trató de salvar vidas, o de ayudar a los damnificados que perdieron sus pertenencias, o de ayudar a limpiar las calles de ramas o árboles; no, aquí no fue así. Lo que se vio fue que muchas personas se dispusieron a asaltar las tiendas colapsadas y las que no también, en un acto de rapiña; sobre todo, donde había cortinas metálicas y tiendas de aparadores, los rompieron para extraer cosas útiles, y no útiles; no tanto los alimentos, sino aparatos electrónicos y electrodomésticos; medicamentos que no les servían, pero que otras personas necesitaban; vinos, escobas, juguetes… el caso era “agarrar”, y llevar en transportes diversos desde los carritos del super hasta camiones de carga.

Se dijeron varios motivos de la RAPIÑA: que algunas tiendas lo permitieron; que atrás de esto estaban los grupos delincuenciales; que la Guardia Nacional tenía instrucciones de no intervenir, etcétera. Otro gran problema al descubierto fue que las paredes de los condominios con valor de millones de pesos eran de tabla-roca y por ello es que volaron con todo lo que había dentro, por la fuerza del huracán categoría Cinco. Ante otra tragedia ¿Cómo va a reaccionar la población?

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