/ viernes 11 de octubre de 2024

Conmemoración histórica

Hace 532 años Cristóbal Colón descubrió lo que hoy son las islas del Caribe. Ello propició nuevas expediciones, por parte de castellanos, que fueron descubriendo más islas -como después las nombrarían: Cuba y Haití- así como el territorio continental, llamado por los antropólogos e historiadores “Mesoamérica”. Así es como Hernán Cortés llega a un territorio en el que se adentra para finalmente, en alianza con cempoaltecas, huejotzincas, totonacas, texcocanos, xochimilcas y tlaxcaltecas (éste era el grupo de guerreros más numeroso), tomar la ciudad de Tenochtitlan. Acotación: después de la caída de la ciudad, Hernán Cortés se vio obligado a parar la masacre que éstos estaban realizando sobre niños, mujeres y ancianos. Y ello era por el acendrado odio que le tenían a los mexicas que, por cien años, los habían oprimido, imponiéndoles tributos (cosechas, animales) y sacrificios (hombres y mujeres), así como mujeres para el servicio sexual (“tlamatinimi”) de los tlatoque de los barrios, de la nobleza y del tlatoani, entre otras penurias.

No existía México ni los mexicanos. Tampoco los españoles, pues no existía España. Siempre me han parecido exagerados, además que no tienen sustento en la Historia, los relatos de la “leyenda negra”. Los castellanos, africanos (el soldado negro Juan Garrido, es quien hace los primeros panes de harina de trigo en el festejo de la toma de la ciudad) y mudéjares (moriscos que habían cambiado sus nombres árabes por castellano) que venían con Cortés se quedaron en este territorio, que se llamaría Nueva España y, tres siglos más tarde, Méjico. Por eso los mexicanos somos mestizos. No existiríamos como tales sin la sangre europea y africana que se mezcló con la indígena.

Me sorprende que se hable de “la conquista de México”. Reitero, no existía. Fue solo la victoria sobre un pueblo que masacraba y oprimía a otros pueblos. Voy a ponerlo en absurdo: veracruzanos, poblanos, texcocanos, tlaxcaltecas, xochimilcas (que también son mexicanos) y españoles (apenas llegaban a mil contra cien mil mexicas) derrotaron a los chilangos. La CDMX no es México. Apenas representa el 0.975 por ciento del territorio nacional. Y en 1521 el 90 por ciento del territorio ni se conocía. Repito, no existía México ni los mexicanos (fueron los castellanos y los tlaxcaltecas quienes ampliaron el territorio, por el norte, hasta Nevada y por el sur hasta Costa Rica: esa fue la Nueva España). Solo quise poner en perspectiva, para hacer notar lo absurdo que resulta de negar lo español y de victimizarnos con la frase, en español por cierto, “cuando nos conquistaron”. Eso nos hace negar nuestra otra mitad. Nuestra gastronomía, folclor, cultura, religión, costumbres son el amalgamiento de lo europeo y lo americano. Bueno, un ejemplo: “el deporte nacional”, la charrería. El caballo, el toro, el traje, la reata, la silla, las espuelas, las botas las trajeron los españoles. Los cerdos, los burros, los perros, los gatos. Lo que hoy es nuestro México nunca fue colonia, sino el más importante virreinato que tuvo la Corona de Castilla. Aquí se construyeron universidades, catedrales, ciudades. Al contrario de lo que hicieron los ingleses, los holandeses, los portugueses. Dejemos atrás agravios que nunca existieron, más que en la mente de los ignorantes.

Hace 532 años Cristóbal Colón descubrió lo que hoy son las islas del Caribe. Ello propició nuevas expediciones, por parte de castellanos, que fueron descubriendo más islas -como después las nombrarían: Cuba y Haití- así como el territorio continental, llamado por los antropólogos e historiadores “Mesoamérica”. Así es como Hernán Cortés llega a un territorio en el que se adentra para finalmente, en alianza con cempoaltecas, huejotzincas, totonacas, texcocanos, xochimilcas y tlaxcaltecas (éste era el grupo de guerreros más numeroso), tomar la ciudad de Tenochtitlan. Acotación: después de la caída de la ciudad, Hernán Cortés se vio obligado a parar la masacre que éstos estaban realizando sobre niños, mujeres y ancianos. Y ello era por el acendrado odio que le tenían a los mexicas que, por cien años, los habían oprimido, imponiéndoles tributos (cosechas, animales) y sacrificios (hombres y mujeres), así como mujeres para el servicio sexual (“tlamatinimi”) de los tlatoque de los barrios, de la nobleza y del tlatoani, entre otras penurias.

No existía México ni los mexicanos. Tampoco los españoles, pues no existía España. Siempre me han parecido exagerados, además que no tienen sustento en la Historia, los relatos de la “leyenda negra”. Los castellanos, africanos (el soldado negro Juan Garrido, es quien hace los primeros panes de harina de trigo en el festejo de la toma de la ciudad) y mudéjares (moriscos que habían cambiado sus nombres árabes por castellano) que venían con Cortés se quedaron en este territorio, que se llamaría Nueva España y, tres siglos más tarde, Méjico. Por eso los mexicanos somos mestizos. No existiríamos como tales sin la sangre europea y africana que se mezcló con la indígena.

Me sorprende que se hable de “la conquista de México”. Reitero, no existía. Fue solo la victoria sobre un pueblo que masacraba y oprimía a otros pueblos. Voy a ponerlo en absurdo: veracruzanos, poblanos, texcocanos, tlaxcaltecas, xochimilcas (que también son mexicanos) y españoles (apenas llegaban a mil contra cien mil mexicas) derrotaron a los chilangos. La CDMX no es México. Apenas representa el 0.975 por ciento del territorio nacional. Y en 1521 el 90 por ciento del territorio ni se conocía. Repito, no existía México ni los mexicanos (fueron los castellanos y los tlaxcaltecas quienes ampliaron el territorio, por el norte, hasta Nevada y por el sur hasta Costa Rica: esa fue la Nueva España). Solo quise poner en perspectiva, para hacer notar lo absurdo que resulta de negar lo español y de victimizarnos con la frase, en español por cierto, “cuando nos conquistaron”. Eso nos hace negar nuestra otra mitad. Nuestra gastronomía, folclor, cultura, religión, costumbres son el amalgamiento de lo europeo y lo americano. Bueno, un ejemplo: “el deporte nacional”, la charrería. El caballo, el toro, el traje, la reata, la silla, las espuelas, las botas las trajeron los españoles. Los cerdos, los burros, los perros, los gatos. Lo que hoy es nuestro México nunca fue colonia, sino el más importante virreinato que tuvo la Corona de Castilla. Aquí se construyeron universidades, catedrales, ciudades. Al contrario de lo que hicieron los ingleses, los holandeses, los portugueses. Dejemos atrás agravios que nunca existieron, más que en la mente de los ignorantes.