/ viernes 21 de junio de 2024

Ágora | Riesgo inminente

Aunque me había prometido no escribir más del terrible huracán Otis, lo cierto es que sus efectos se siguen sintiendo en la actualidad.

Las pocas lluvias que se han generado en el puerto de Acapulco solo nos están avisando de lo que viene. Esto ese así porque la selva caducidofila de los cerros que rodean al anfiteatro fue arrasada con la extinción de miles de aves y animales que ahí habitaban.

Pero eso no es todo, ya que de igual manera arrasó con el follaje y árboles ancestrales que daban al puerto frescura y era amigable con el medio ambiente, además de ser un pulmón de oxígeno para el puerto y una hermosa pintura contrastante entre los azules del cielo y mar con el verde de los cerros.

Pues bien, basta bajar o subir como se quiera ver, la avenida Escénica para percatarse del triste panorama que presentan estos cerros, que de por sí ya habían sido habitados furtivamente por paracaidista que se dicen con derechos de posesión.

Sin embargo, la imagen que presenta ahora ese lugar es por demás lúgubre, con árboles pelones, secos, muertos y caídos o doblados. Pero eso no es todo: en los cerros quedaron expuestas las rocas de todos tamaños que quedaron flojas porque las lluvias y vientos del huracán las aflojo.

De igual manera se observan deslizamientos de tierra que se harán más peligrosos en la medida que llueva con más intensidad. Es una pena en verdad observar que los cerros otrora verdes llenos de árboles y maleza inexpugnable llena de aves como cotorros y pericos y otros pájaros de hermosos plumaje, están en desastrosas condiciones.

Pero el peligro estriba en que están a punto de venirse abajo y caerán sobre la cinta asfáltica y lo más seguro es que caigan sobre los vehículos y lesionen a sus ocupantes. Los meses pasaron desde el fenómeno metereológico y nadie ha hecho nada con esos árboles, cuyas ramas ya están sobre los carriles de dicha avenida y algunas rocas y deslizamiento de tierra cerca de la pequeña barda delimitadora que existe en la avenida Escénica.

Urge en verdad solucionar ese problema que puede generar desgracias para las personas que por ahí transitan lo que generaría una noticia amarillenta en los medios de comunicación en contra del puerto. La solución es mandar cuadrillas a cortar y chaponear toda esa área peligrosa y apuntalar las rocas de todos los cerros, que pudieran en riesgo de caerse por estar casi salidas de suelo.

Más vale prevenir y no lamentar. Por último y con profunda tristeza comento la deforestación del brazo verde de Puerto Marqués donde se encuentra el hotel Banyan. En verdad que es triste mirar y saber que dentro de muy poco tiempo en lugar de selva verde habrá paredes de concreto y avenidas privadas en lugar de aves, reptiles y tal vez algún mamífero. Eso… ya no verán nuestros nietos.

Aunque me había prometido no escribir más del terrible huracán Otis, lo cierto es que sus efectos se siguen sintiendo en la actualidad.

Las pocas lluvias que se han generado en el puerto de Acapulco solo nos están avisando de lo que viene. Esto ese así porque la selva caducidofila de los cerros que rodean al anfiteatro fue arrasada con la extinción de miles de aves y animales que ahí habitaban.

Pero eso no es todo, ya que de igual manera arrasó con el follaje y árboles ancestrales que daban al puerto frescura y era amigable con el medio ambiente, además de ser un pulmón de oxígeno para el puerto y una hermosa pintura contrastante entre los azules del cielo y mar con el verde de los cerros.

Pues bien, basta bajar o subir como se quiera ver, la avenida Escénica para percatarse del triste panorama que presentan estos cerros, que de por sí ya habían sido habitados furtivamente por paracaidista que se dicen con derechos de posesión.

Sin embargo, la imagen que presenta ahora ese lugar es por demás lúgubre, con árboles pelones, secos, muertos y caídos o doblados. Pero eso no es todo: en los cerros quedaron expuestas las rocas de todos tamaños que quedaron flojas porque las lluvias y vientos del huracán las aflojo.

De igual manera se observan deslizamientos de tierra que se harán más peligrosos en la medida que llueva con más intensidad. Es una pena en verdad observar que los cerros otrora verdes llenos de árboles y maleza inexpugnable llena de aves como cotorros y pericos y otros pájaros de hermosos plumaje, están en desastrosas condiciones.

Pero el peligro estriba en que están a punto de venirse abajo y caerán sobre la cinta asfáltica y lo más seguro es que caigan sobre los vehículos y lesionen a sus ocupantes. Los meses pasaron desde el fenómeno metereológico y nadie ha hecho nada con esos árboles, cuyas ramas ya están sobre los carriles de dicha avenida y algunas rocas y deslizamiento de tierra cerca de la pequeña barda delimitadora que existe en la avenida Escénica.

Urge en verdad solucionar ese problema que puede generar desgracias para las personas que por ahí transitan lo que generaría una noticia amarillenta en los medios de comunicación en contra del puerto. La solución es mandar cuadrillas a cortar y chaponear toda esa área peligrosa y apuntalar las rocas de todos los cerros, que pudieran en riesgo de caerse por estar casi salidas de suelo.

Más vale prevenir y no lamentar. Por último y con profunda tristeza comento la deforestación del brazo verde de Puerto Marqués donde se encuentra el hotel Banyan. En verdad que es triste mirar y saber que dentro de muy poco tiempo en lugar de selva verde habrá paredes de concreto y avenidas privadas en lugar de aves, reptiles y tal vez algún mamífero. Eso… ya no verán nuestros nietos.