/ sábado 19 de octubre de 2024

Ágora / Después de Otis y John … el éxodo

Me duele decirlo pero es una verdad irrefutable . Acapulco, que ya venía en decadencia por su infraestructura arcaica y pésimos servicios, dio paso a los nuevos destinos turísticos como Cancún, que tiene un plus geográfico y la belleza de sus aguas azules de distintos tonos y su arena blanca fresca.

Otro destino es La Paz, que atrae al turismo de gran economía de los Estados Unidos. Huatulco, con su política ecologista y otros.

Acapulco, se convirtió en una ciudad grande solamente, sin industria transformadora. Sus hospederías decadentes, con calles con hoyos, pésimo alumbrado, carencia de agua, agentes viales y de seguridad (sin comentarios ) basura por todos lados, áreas verdes secas y descuidadas, vendedores ambulantes por calles y en la playa, negocios de souvenirs destartalados, etcétera.

Para empeorar todo esto, los huracanes. La franja de condominios y restaurantes desde Puerto Marqués hasta Barra Vieja, devastada. Su reconstrucción costará millones de dólares a los propietarios que más tardaron en venir a tratar de reconstruir sus viviendas por el paso de Otis, que verlos revictimizados por la inundación por el huracán John. ¿Así quién va a querer seguir invirtiendo?

El trabajo se terminó para cientos o miles de acapulqueños expertos en administración de hotelería y gastronomía y sus servicios como, para los meseros, garroteros, limpieza, jardineros, bells boys. Muchos ya se adelantaron y partieron a buscar nuevos horizontes para dar a sus familias el sustento que se necesitan.

Otros, aún están deshojando la margarita, pero seguro estoy que la gran mayoría terminará por irse. Unos cuantos más se sumarán a la lista de taxistas. Acapulco ya no es negocio dicen y la verdad es que no se ve la solución.

Los desastres naturales como ciclones , huracanes, lluvias torrenciales y terremotos, estarán siempre atemorizando a la población, turistas e inversionistas. Ante un problema grave, soluciones mayúsculas. Es hora de reconstruir al puerto, mejorando en lo particular la conducta de cada uno de nosotros. Ser más empaticos con el dolor de los demás. Esto lo digo por los piperos que hacen negocio inhumano con la venta del agua, subiendo sus precios hasta un 150%.

En tanto, de otros estados vienen para apoyarnos sin retribución alguna. La autoridad por otro lado, debe planear la cirugía mayor de alumbrado, recolección de basura, colocar concreto en las calles, contratar personal de tránsito y policía mejor preparados y con perfil de servicio. Mejorar el servicio de transporte público con autobuses con aire acondicionado y combis con ese plus;

Invertir en colocar una nueva red hidráulica en toda la ciudad y donde no se pueda surtir (asentamientos irregulares) bajarlos para que busquen otros lugares para vivir. Invertir en la presa La parota para adquirir el agua que se necesita los 365 días del año. Adquirir una flotilla de camiones para recolectar basura y hasta de pipas de agua para surtir a las familias que la necesitan. Limpiar la ciudad en todos los aspectos con la colaboración de la ciudadanía que debe sacar su basura en contenerdores con separación de la materia.

Basta salir del estado para ver cómo se comporta la población en otras entidades, respetando sus reglamentos y la autoridad invirtiendo lo necesario para beneficio de su comunidad.

De no ser así, Acapulco se convertirá en un pueblo fantasma, desvencijado, con algunas personas que solo quieren vivir de la caridad del gobierno.

Me duele decirlo pero es una verdad irrefutable . Acapulco, que ya venía en decadencia por su infraestructura arcaica y pésimos servicios, dio paso a los nuevos destinos turísticos como Cancún, que tiene un plus geográfico y la belleza de sus aguas azules de distintos tonos y su arena blanca fresca.

Otro destino es La Paz, que atrae al turismo de gran economía de los Estados Unidos. Huatulco, con su política ecologista y otros.

Acapulco, se convirtió en una ciudad grande solamente, sin industria transformadora. Sus hospederías decadentes, con calles con hoyos, pésimo alumbrado, carencia de agua, agentes viales y de seguridad (sin comentarios ) basura por todos lados, áreas verdes secas y descuidadas, vendedores ambulantes por calles y en la playa, negocios de souvenirs destartalados, etcétera.

Para empeorar todo esto, los huracanes. La franja de condominios y restaurantes desde Puerto Marqués hasta Barra Vieja, devastada. Su reconstrucción costará millones de dólares a los propietarios que más tardaron en venir a tratar de reconstruir sus viviendas por el paso de Otis, que verlos revictimizados por la inundación por el huracán John. ¿Así quién va a querer seguir invirtiendo?

El trabajo se terminó para cientos o miles de acapulqueños expertos en administración de hotelería y gastronomía y sus servicios como, para los meseros, garroteros, limpieza, jardineros, bells boys. Muchos ya se adelantaron y partieron a buscar nuevos horizontes para dar a sus familias el sustento que se necesitan.

Otros, aún están deshojando la margarita, pero seguro estoy que la gran mayoría terminará por irse. Unos cuantos más se sumarán a la lista de taxistas. Acapulco ya no es negocio dicen y la verdad es que no se ve la solución.

Los desastres naturales como ciclones , huracanes, lluvias torrenciales y terremotos, estarán siempre atemorizando a la población, turistas e inversionistas. Ante un problema grave, soluciones mayúsculas. Es hora de reconstruir al puerto, mejorando en lo particular la conducta de cada uno de nosotros. Ser más empaticos con el dolor de los demás. Esto lo digo por los piperos que hacen negocio inhumano con la venta del agua, subiendo sus precios hasta un 150%.

En tanto, de otros estados vienen para apoyarnos sin retribución alguna. La autoridad por otro lado, debe planear la cirugía mayor de alumbrado, recolección de basura, colocar concreto en las calles, contratar personal de tránsito y policía mejor preparados y con perfil de servicio. Mejorar el servicio de transporte público con autobuses con aire acondicionado y combis con ese plus;

Invertir en colocar una nueva red hidráulica en toda la ciudad y donde no se pueda surtir (asentamientos irregulares) bajarlos para que busquen otros lugares para vivir. Invertir en la presa La parota para adquirir el agua que se necesita los 365 días del año. Adquirir una flotilla de camiones para recolectar basura y hasta de pipas de agua para surtir a las familias que la necesitan. Limpiar la ciudad en todos los aspectos con la colaboración de la ciudadanía que debe sacar su basura en contenerdores con separación de la materia.

Basta salir del estado para ver cómo se comporta la población en otras entidades, respetando sus reglamentos y la autoridad invirtiendo lo necesario para beneficio de su comunidad.

De no ser así, Acapulco se convertirá en un pueblo fantasma, desvencijado, con algunas personas que solo quieren vivir de la caridad del gobierno.