/ viernes 29 de noviembre de 2024

Ágora / Blofeo o realidad

Indudablemente el efecto Trump está haciendo temblar a todas las Bolsas de valores del mundo y por supuesto a las economías de los países. Para nadie es un secreto que el mayor mercado son los Estados Unidos y México es el principal socio comercial de los gabachos.

Nuestra posición geográfica, la mano de obra barata, las leyes laborales elásticas, las exenciones impositivas, son entre otros, los atractivos para los inversionistas de todo el mundo. En pero, Donald Trump, nacionalista de hueso colorado, está empeñado en que los empresarios y grandes corporativos muden sus fábricas y negocios a su país, con el discurso de que los Chinos se están aprovechando de los beneficios del T-MEC. (Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá ) sobre todo en México, por lo que anunció, sin asumir aún el trono, que impondría un arancel del 25% a los artículos que provengan de sus socios comerciales que contengan inversión China.

Los analistas mexicanos coinciden que será un balazo al pie que se dará Trump, Sin embargo, no toman en cuenta que Trump no sigue la lógica comercial porque él asume que EU por ser el gran consumidor de productos, es quien debe dictar las reglas comerciales para que su país sea el más beneficiado en cualquier acuerdo.

China es pues, la gran amenaza comercial, internacionalmente hablando, ya que sus plantas de producción generan millones de productos en tiempo récord, con salarios ínfimos y escasos derechos sociales para sus obreros y mucho menos tienen restricciones ambientales en su país.

México es pues el país que genera las condiciones que más se asemejan a las de chinos y más aún, por la cercanía con los EU, lo que abarata el traslado y el producto final, por lo que muchas empresas chinas han mudado a nuestro país para beneficiarse de la vecindad y de los aranceles negociados en el T-MEC.

Nuestra Presidenta reaccionó de inmediato -como debe ser- y le envió una misiva digna, a Trump, priorizando la colaboración para disminuir el tráfico de emigrantes a su país y el tráfico del fentanilo, que por cierto no se produce masivamente en nuestro país, sino en el oriente. Acentúa su misiva que las armas que tienen los grupos delincuenciales son producidas y vendidas en el país de las barras y las estrellas, y que el consumo se da en ese mismo lado, por lo que al haber demanda pues genera el tráfico.

También le recordó al hombre anaranjado que los muertos en esta crisis los pone México y no los norteamericanos. En lo comercial le hace una consideración a que no imponga el arancel anunciado porque dañará el comercio trilateral que redundará en pérdidas para los tres países. Pero más aún, le recalca a Trump, que a una imposición arancelaria de aquel país a productos de México, vendrá otra imposición de México a los productos de EU. Claro, que en este rubro llevamos las de perder.

En síntesis, generaría una guerra comercial que a nadie conviene, ya que provocará alza en los precios y cese de trabajadores. Sin embargo Trump tiene la sartén por el mango y si no es México, pues voltearán a Guatemala u otro país centroamericano o del caribe para que le maquilen sus productos para exportación.

Los esquiroles en este pleito son los canadienses, que amenazan con negociar un nuevo tratado solo con Estados Unidos, claro está, con la mano de obra de mexicanos que trabajan en aquel país de la hoja de maple. Las cartas están echadas en la mesa de juego.

La pregunta es: ¿Trump estará blofeando? (término que se utiliza en los juegos de cartas, para indicar al jugador que da señales de tener un juego ganado sin ser verdad para que los demás jugadores se retiren y pierdan). Los canadienses ya pintaron su raya con México y México debe responderles - Aunque con los canadienses el daño es al revés ya que ellos pierden más. La otra pregunta ¿se puede dejar sin efecto el T-MEC unilateralmente? Esto, porque México le apuesta a que el Tratado comercial se revisara hasta el 2026 , pero como lo dije antes , Trump está más empoderado y sin contrapesos en su país, por tener las dos cámaras y el Poder Judicial a su favor y es de esperarse que dará el golpe en la mesa para arrebatar el Pot- dinero que está en juego para el ganador -.

México entre tanto, no puede ni debe quedarse estático, debe mirar a otros mercados como el europeo, medio oriente y asiático, firmando tratados comerciales con Centroamérica para producir productos baratos y exportarlos a esos mercados.
Esperemos que por el bien de todos, sólo estemos ante un blofeo del señor anaranjado -aunque lo dudo - porque su naturaleza es ganar -ganar de forma rápida y contundente.

Indudablemente el efecto Trump está haciendo temblar a todas las Bolsas de valores del mundo y por supuesto a las economías de los países. Para nadie es un secreto que el mayor mercado son los Estados Unidos y México es el principal socio comercial de los gabachos.

Nuestra posición geográfica, la mano de obra barata, las leyes laborales elásticas, las exenciones impositivas, son entre otros, los atractivos para los inversionistas de todo el mundo. En pero, Donald Trump, nacionalista de hueso colorado, está empeñado en que los empresarios y grandes corporativos muden sus fábricas y negocios a su país, con el discurso de que los Chinos se están aprovechando de los beneficios del T-MEC. (Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá ) sobre todo en México, por lo que anunció, sin asumir aún el trono, que impondría un arancel del 25% a los artículos que provengan de sus socios comerciales que contengan inversión China.

Los analistas mexicanos coinciden que será un balazo al pie que se dará Trump, Sin embargo, no toman en cuenta que Trump no sigue la lógica comercial porque él asume que EU por ser el gran consumidor de productos, es quien debe dictar las reglas comerciales para que su país sea el más beneficiado en cualquier acuerdo.

China es pues, la gran amenaza comercial, internacionalmente hablando, ya que sus plantas de producción generan millones de productos en tiempo récord, con salarios ínfimos y escasos derechos sociales para sus obreros y mucho menos tienen restricciones ambientales en su país.

México es pues el país que genera las condiciones que más se asemejan a las de chinos y más aún, por la cercanía con los EU, lo que abarata el traslado y el producto final, por lo que muchas empresas chinas han mudado a nuestro país para beneficiarse de la vecindad y de los aranceles negociados en el T-MEC.

Nuestra Presidenta reaccionó de inmediato -como debe ser- y le envió una misiva digna, a Trump, priorizando la colaboración para disminuir el tráfico de emigrantes a su país y el tráfico del fentanilo, que por cierto no se produce masivamente en nuestro país, sino en el oriente. Acentúa su misiva que las armas que tienen los grupos delincuenciales son producidas y vendidas en el país de las barras y las estrellas, y que el consumo se da en ese mismo lado, por lo que al haber demanda pues genera el tráfico.

También le recordó al hombre anaranjado que los muertos en esta crisis los pone México y no los norteamericanos. En lo comercial le hace una consideración a que no imponga el arancel anunciado porque dañará el comercio trilateral que redundará en pérdidas para los tres países. Pero más aún, le recalca a Trump, que a una imposición arancelaria de aquel país a productos de México, vendrá otra imposición de México a los productos de EU. Claro, que en este rubro llevamos las de perder.

En síntesis, generaría una guerra comercial que a nadie conviene, ya que provocará alza en los precios y cese de trabajadores. Sin embargo Trump tiene la sartén por el mango y si no es México, pues voltearán a Guatemala u otro país centroamericano o del caribe para que le maquilen sus productos para exportación.

Los esquiroles en este pleito son los canadienses, que amenazan con negociar un nuevo tratado solo con Estados Unidos, claro está, con la mano de obra de mexicanos que trabajan en aquel país de la hoja de maple. Las cartas están echadas en la mesa de juego.

La pregunta es: ¿Trump estará blofeando? (término que se utiliza en los juegos de cartas, para indicar al jugador que da señales de tener un juego ganado sin ser verdad para que los demás jugadores se retiren y pierdan). Los canadienses ya pintaron su raya con México y México debe responderles - Aunque con los canadienses el daño es al revés ya que ellos pierden más. La otra pregunta ¿se puede dejar sin efecto el T-MEC unilateralmente? Esto, porque México le apuesta a que el Tratado comercial se revisara hasta el 2026 , pero como lo dije antes , Trump está más empoderado y sin contrapesos en su país, por tener las dos cámaras y el Poder Judicial a su favor y es de esperarse que dará el golpe en la mesa para arrebatar el Pot- dinero que está en juego para el ganador -.

México entre tanto, no puede ni debe quedarse estático, debe mirar a otros mercados como el europeo, medio oriente y asiático, firmando tratados comerciales con Centroamérica para producir productos baratos y exportarlos a esos mercados.
Esperemos que por el bien de todos, sólo estemos ante un blofeo del señor anaranjado -aunque lo dudo - porque su naturaleza es ganar -ganar de forma rápida y contundente.